Nos pintaron las paredes de colores con sus cuadros, sus fotos, sus vidas...Nos descubrieron sus pueblos, sus países y nos los pusieron en la palma de la mano. Conocimos Perú, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia, Cuba...nos bañamos en sus playas y subimos a sus nevados, ¡qué buenas embajadoras de sus países!, nada más mirarlas a los ojos, veías reflejados en ellos los paisajes que describían con tanto entusiasmo. Nos enseñaron y enseñan Geografía, pero más que física, humana y en su propio “mapamundi” nos situan su pueblo, su familia, sus niños, su mamá...su VIDA y nuestra historia se hace día a día más grande.
Mujeres que desde un pequeño cuarto en un piso subarrendado seguían tejiendo sus sueños. A veces el sueño se rompía en mil pedazos, ¡pero con qué rapidez los recogían y empezaban de nuevo!, no quedaba tiempo para el llanto. “Vengo a ver si hay algo, puedo trabajar en lo que sea, en lo que salga...” y a empezar de nuevo y a crecer de nuevo ante nuestros ojos, cada vez más grandes. “Madres coraje” con las fotos de sus hijos siempre cerca, a punto de salir de la cartera y sus nombres en los labios. Y recorriendo Madrid metro a metro, cuidando a otros niños, contándoles los cuentos que a los suyos contaban, y recordando siempre ,recordando, volviéndolos a pasar por el corazón. Acompañando a nuestros ancianos, poniendo a prueba la paciencia y la ternura, que aquí ya vamos perdiendo, escuchándoles, acariciándoles, mimándoles y respetándoles.
Mujeres alegres con la música en el alma y en los pies, a punto siempre para el baile, para la fiesta. Ellas nos hicieron empezar a soñar en un Taller de Danza y empezamos a bailar juntos. Desde entonces cada tarde aprendemos danzas de Ecuador, Perú, Bolivia,...y cansadas después de un duro día de trabajo, se abandonan a la danza y la música las transporta a su tierra y les saca la risa y la sonrisa y APLA se llena de alegría y por las ventanas de la sala grande se escapan las notas y las risas....¡y al fin se respira!
Mujeres que ya forman parte de nuestra historia, mujeres en MAYÚSCULA, que no cabrían en este pequeño artículo, pero que no podemos dejar de nombrar: Y Bolivia se llamó Ximena y en nuestro mapa del corazón, ella tan pequeña, ocupó un gran espacio y nuestro abrazo no tiene fronteras. Con Miluska la comunicación se hizo caricias y sus ágiles dedos nos roban las palabras y las dejan volar por los blogs y los face-books, “enredándonos” con otros para soñar juntos. Sonia que nos pone los pies en tierra y nos hace las maletas de la Danza, con la experiencia de quién sabe qué llevar, para aterrizar con los sueños en el mejor Aeropuerto. Laura que nos lleva de las letras de sus poemas a las piedras de colores y todo cobra sentido y el mundo se vuelve fantástico y ella más acogedora. Jannet que a la música pone alas y nos envuelve las tardes con su risa, si hoy no contáramos con ella esas tardes se volverían grises. Haydée que siempre llega con prisas y que a veces se olvida hasta de su cabeza, pero siempre, siempre, tendrá presente a los amigos, no tiene horas en el día para tanto y tantos con los que cuenta...
Y Pamela,..como agua para chocolate es Pamela, el elemento imprescindible para mezclar todos los ingredientes: Cacao, leche, azúcar, canela...y así removiendo lentamente como es su andar pausado, fluyen conversaciones, ideas y sueños...”Algún día se descubrirá el potencial escondido de los inmigrantes...”Y es cierto, poco a poco hemos ido descubriendo el inmenso potencial, la inmensa fuerza de las mujeres de APLA, tantas que no nos caben en este ni en miles de artículos, pero que nos animan a seguir caminando...Gracias a todas: Berta, Violeta, Inés, Gladis y.....tantas y tantas a las que esperamos seguir conociendo. Otra vez gracias
Artículo de MAPI SOTO extraído de la Revista de APLA "Aromas de Café" edición diciembre 2010.
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